sábado, 15 de diciembre de 2012

"Ha dejado sus estudios por cumplir sus sueños"

Ahí está Estefanía Pérez, parada frente al espejo, se recoge el cabello una y otra vez hasta que el peinado quede perfecto. Todos en la casa están de apuro, entran y salen de los cuartos, suben y bajan gradas. Alguien grita “ya son las doce apúrense”.

Al fin su arreglo quedó excelente. Ahora le falta el maquillaje. Estefanía abre un baúl plateado, saca 20 colores de sombras y elige las más oscuras. Colorea sus párpados no solo de negro sino también con un toque de rojo. Luego se pinta los labios y se pone colorete en las mejillas. El traje está listo, colgado en un armador bajo una funda negra. Nadie lo puede ver porque es sorpresa para cuando ella salga a la pista. El Campeonato Nacional de Baile empieza a las 15:00 y los deportistas deben llegar una hora antes. No hay más tiempo, es momento de salir.
Estefanía Pérez Luna ha bailado desde hace siete años. Toda su vida ha sido deportista. Empezó practicando gimnasia rítmica, atletismo, básquet, fútbol y otros deportes que hoy, la han convertido en campeona nacional. “Su sueño y su felicidad es el baile”, dice su madre después de contar todos sus triunfos.
Comenzó bailando salsa. El entrenador le recomendó que entrara al grupo de baile deportivo para ver cómo le iba. Desde ahí, Estefanía no ha dejado de ganar los primeros lugares en competencias nacionales e internacionales. La primera medalla que ganó fue en el 2006, cuando apenas empezaba a compartir pista con bailarines internacionales en Colombia. Fue ahí cuando se llevó el quinto lugar en bailes europeos.
“Al principio ella se iba a bailar por hobby, por estar con las amigas o por ver a los chicos. Después, el profesor se dio cuenta que tenia buena técnica y que se movía bien. La pulió, y ahora es una gran bailarina y el orgullo no solo de la familia sino del Ecuador”, comenta una de sus mejores amigas.
Daniel Camacho ha sido su pareja de baile durante cinco años. En el 2007 fueron campeones nacionales en la categoría de ritmos latinos y estándar. Después de tres años viajaron a España para prepararse con grandes profesionales de este deporte, compitieron por primera vez en Europa y ganaron el quinto lugar de 90 participantes. Su experiencia se incrementó y en el 2011, una vez más, quedaron campeones nacionales y fueron la pareja escogida para ir al mundial de baile deportivo en Austria.
Diana Torres, amiga muy cercana a Estefanía, comenta que “muchas veces ha dejado en alto el nombre del país. Da todo de ella cuando está en la pista. ¡Es un orgullo ecuatoriano!”
Estefanía dice que ha entrenado en varias academias, Cinnamon e Infinity son las más significativas en su crecimiento profesional.
Las propuestas de trabajo no le han faltado. Vizú, Urban y Laska son las escuelas de baile con las que más contratos a firmado.
Para poder viajar al mundial se prepararon varios meses. Los representantes del Ministerio del Deporte eran los encargados de cubrir los gastos que esta pareja iba a tener en Austria pero las cosas fueron muy difíciles. Tuvieron muchos problemas en recibir los pasajes. “Me molesta que en este país solo brinden apoyo a los deportes típicos como el futbol, el básquet, la natación etc. Las cosas no deberían ser así, todos merecemos igualdad”, dice Estefanía.
Se acerca la hora y ella tiene que salir a la pista. Está con una bata negra que le tapa el cuerpo hasta las rodillas. Tiene fe en que va a ganar esta competencia y que una vez más será seleccionada para ir al mundial del siguiente año.
Su familia, amigos y conocidos le apoyan, le hacen barras, “Estefy y Daniel”, repite la multitud.
El padre de Estefanía dice que ella es una persona sencilla, explosiva pero respetuosa y responsable. “Para un padre no hay hijo malo, mi hija es una bailarina espléndida e increíble y gracias a su confianza en sí mismo ha llegado lejos. Lamentablemente en este medio la envidia es inmensa, cuando a uno le ven triunfando le tratan de perjudicar y eso es algo que Estefy ha logrado superar”.
Hoy, después de un largo viaje por Europa, Estefanía y Daniel vuelven con más medallas. En el “Open WDSF” quedaron en el puesto 38 de 83 parejas, la mayoría, rusas. En Francia se ganaron el quinto lugar y en el mundial obtuvieron el puesto 65 de 90 parejas de todo el mundo.
“Ha trabajado mucho para llegar a donde está, hasta dejó sus estudios por lograr sus sueños”, comenta Patricia, mamá de Estefanía. 

Al momento de nombrar sus defectos, todos coinciden en uno: el mal genio. Su hermana, Doménica, dice que Estefy se enoja con facilidad. Por otra parte, su madre cuenta que es una persona enamoradiza y confianzuda. “Siempre da todo de ella en una amistad y a veces la gente abusa de eso pero creo que es parte de la madurez”.
Después de una gran trayectoria como bailarina, Estefanía Pérez sigue triunfando. Ahora, está compitiendo para quedar campeona nacional del 2012, sus amigos creen que es la mejor bailarina de las cuatro parejas que están en la pista.
Aunque sus padres dicen que no existe apoyo económico por parte de la Federación Ecuatoriana de Baile Deportivo, ellos siempre le apoyan y cada vez que pueden le acompañan a las competencias internacionales. “A pesar de las injusticias y la falta de ética de algunos jueces, Estefanía y Daniel tienen el ranking más alto de Ecuador y Sudamérica. Se ubican en el puesto 450 de casi 1.000 parejas”, dice Patricia y finaliza la conversación con que “los jueces deben aprender a separar la amistad de lo profesional y no regalar los mejores lugares a quienes no se lo merecen”.   

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